En 1992, el icónico cantautor dominicano Juan Luis Guerra lanzó "El costo de la vida", una canción que, más de tres décadas después, sigue resonando con fuerza por su crítica a las injusticias sociales y económicas en América Latina. Este tema, incluido en su sexto álbum de estudio Areito, no solo se destacó por su ritmo pegajoso y su fusión de sonidos latinos, sino también por la colaboración con el músico congoleño Diblo Dibala, quien aportó su virtuosa guitarra al estilo soukous, fusionando el sonido caribeño con influencias africanas.
La canción es una versión en español de "Kimia Eve", un tema del propio Dibala, y utiliza el ritmo vibrante del soukous africano para transmitir un mensaje profundo. "El costo de la vida" toca directamente la pobreza, la corrupción y los bajos estándares de vida en América Latina, temas que siguen siendo relevantes en la región.
La letra de la canción critica el encarecimiento de los productos básicos, el desempleo, la desigualdad y la falta de oportunidades que afectan a millones de personas en Latinoamérica. Además, Juan Luis Guerra aprovecha para referirse al entonces reciente 5to centenario del "descubrimiento" de América, poniendo en duda la celebración de un evento que muchos consideran el comienzo de la opresión y explotación de los pueblos indígenas.
Guerra también lanza una crítica a la doble moral de las naciones del primer mundo, que muchas veces celebran el progreso mientras ignoran o contribuyen a las dificultades que enfrentan los países más pobres. La canción se convirtió en un himno de denuncia, utilizando la música no solo como entretenimiento, sino como una plataforma para visibilizar las realidades sociales de la época.
Hoy en día, "El costo de la vida" sigue siendo un recordatorio de que muchas de las problemáticas que Juan Luis Guerra denunciaba en los años 90 continúan presentes en la región. La combinación de su música con un mensaje de justicia social hace de esta canción una de las piezas más poderosas en la carrera del artista dominicano, y una reflexión crítica que ha perdurado a lo largo del tiempo.