El Mega Festival de la Restauración, que se lleva a cabo en diversas provincias del país desde el 14 de agosto, ha desatado una ola de críticas por parte de algunos artistas, quienes denuncian irregularidades en la organización y distribución de oportunidades.
Aunque el evento es promocionado como una iniciativa respaldada por el sector privado, las alcaldías locales y el presidente Luis Abinader, las acusaciones de favoritismo y corrupción en la selección de los artistas han ensombrecido lo que debería ser una celebración cultural.
Los merengueros Nelson de la Olla y Koqui Acosta han alzado sus voces, denunciando lo que consideran una "mafia" en el manejo de las fiestas populares.
Acosta ha sido particularmente contundente en su acusación, afirmando que un grupo selecto se está enriqueciendo a costa del resto de los artistas, quienes son sistemáticamente excluidos. Para él, esta situación no es nueva, ya que ha observado un patrón similar en otros eventos financiados con dinero público.
La denuncia de Acosta no se queda en el presente; también rememora un supuesto caso de corrupción durante la pandemia, donde, según él, los mismos malos manejos afectaron al sector musical. En su artículo titulado "El merengue somos todos", hace un llamado a despertar la conciencia nacional y exigir justicia en la distribución de los recursos destinados a la cultura.
Por su parte, Nelson de la Olla ha expresado su descontento de manera pública a través de sus redes sociales, señalando la injusticia de qué artistas que trabajaron arduamente en la campaña del presidente Abinader ahora se vean marginados. De la Olla asegura que él mismo grabó una producción musical completa en apoyo al mandatario y considera que el trato recibido no corresponde al esfuerzo que él y otros han invertido.
Este tipo de denuncias ponen en tela de juicio la transparencia en la organización de eventos financiados con fondos públicos. La cultura es un pilar fundamental de la identidad dominicana, y su promoción debe ser equitativa y justa para todos los artistas. Si realmente existe una mafia o un grupo que acapara los beneficios, es necesario que las autoridades tomen cartas en el asunto y aseguren que los recursos lleguen a quienes más lo necesitan.
El Mega Festival de la Restauración debería ser una plataforma para que todos los artistas, sin importar su afiliación o conexiones, tengan la oportunidad de brillar. De lo contrario, el evento corre el riesgo de convertirse en otro símbolo de desigualdad y corrupción, en lugar de ser una celebración de la cultura y la historia dominicana.