Cada 1 de octubre se celebra el Día Internacional del Café, una fecha que rinde homenaje a una de las bebidas más consumidas a nivel global, solo superada por el agua. Aunque hoy el café es parte fundamental de la rutina diaria de millones de personas, su historia está llena de curiosidades que explican cómo pasó de ser “la bebida del diablo” a convertirse en el elixir favorito de distintas culturas.
El origen de la palabra café proviene del árabe Qahhwat Al-bun, que significa "vino del grano". Su historia se remonta al siglo IX en las tierras del mundo musulmán. La leyenda cuenta que algunos pastores musulmanes observaron cómo sus ovejas, tras consumir los granos de café mientras pastaban, mostraban una notable energía. Intrigados por este efecto estimulante, los clérigos islámicos comenzaron a cultivar la planta y a preparar una bebida que pronto se popularizó en toda la región.
Sin embargo, cuando el café llegó a Europa, no fue recibido con entusiasmo.
Para muchos cristianos, esta bebida, ampliamente consumida por los musulmanes, representaba una amenaza cultural y religiosa. En el contexto de las guerras entre ambos grupos, el café fue estigmatizado como "la bebida de Satanás", y se pedía su prohibición en algunas regiones de Europa.
La historia cambió de rumbo cuando el café llegó al Vaticano y fue presentado al Papa Clemente VIII en el siglo XVI. Muchos de sus consejeros intentaron convencerlo de que prohibiera la bebida, argumentando su origen musulmán. Sin embargo, el Papa decidió probarla antes de tomar una decisión. Según cuenta la leyenda, tras saborear una taza de café caliente, Clemente VIII exclamó: “Esta bebida del demonio es tan deliciosa que deberíamos engañar al diablo bautizándola”. Con esa frase, el Pontífice “bautizó” el café, haciendo que su consumo se extendiera rápidamente por Europa, despojándolo de su estigma.
A partir de entonces, el café comenzó a ganar popularidad en el hemisferio occidental, especialmente entre los intelectuales y artistas que frecuentaban las primeras cafeterías, donde discutían ideas mientras disfrutaban de una taza de esta bebida energética.
Hoy, el café se ha consolidado como un pilar cultural y económico en muchas sociedades, con millones de personas que lo consumen diariamente, ya sea para comenzar el día con energía, disfrutar de una pausa en la tarde o como parte de encuentros sociales. El Día Internacional del Café no solo celebra su sabor y propiedades estimulantes, sino también su rica historia, desde sus humildes orígenes en las tierras musulmanas hasta su aceptación en Europa y el mundo entero, gracias a un Papa que se dejó seducir por su irresistible aroma.