El célebre beisbolista Felipe Rojas Alou fue homenajeado por el Instituto Duartiano en conmemoración de su 60 aniversario. Durante la ceremonia, Alou compartió anécdotas de su juventud, cuando descubrió su pasión por el béisbol y tomar la decisión de dejar el atletismo para perseguir aquel sueño.
Recordó cómo, siendo muy joven, conoció a Horacio Martínez, quien era director atlético de la Universidad de Santo Domingo y buscador de talentos para los Gigantes de San Francisco.
“Él me dijo: ‘Mira muchacho, yo sé que tú quieres ser médico, pero yo quisiera que tú fueras mi primer firmado para jugar béisbol’. Me sorprendió esa oferta y le dije que hablaría con mis padres para ver qué decían”, relató Alou. Sin embargo, sus padres no apoyaron la idea en un principio, argumentando que el béisbol no era una profesión sino un “juego de tigueres”.
Afirmó en «El Panque de Haina"
A pesar de la oposición inicial, Felipe Rojas Alou siguió su pasión y debutó en las Grandes Ligas en 1958. Su talento y dedicación lo llevaron a ser seleccionado para el All-Star en 1962, año en el que bateó .316 con 25 jonrones y 98 carreras impulsadas.
Rojas Alou recibió una distinción por su brillante y decorosa carrera deportiva y su dominicanidad, expresada en la actitud asumida por en abril de 1965, cuando jugaba como jardinero para los Bravos de Milwaukee, y en protesta por la invasión de los Estados Unidos a la República Dominicana, tuvo la valentía de no a salir al terreno de juego mientras se interpretaba el Himno de los Estados Unidos, haciendo valer el amor a su patria dominicana.
Felipe Alou no fue el único miembro de su familia en alcanzar la gloria en el béisbol. Sus hermanos Mateo y Jesús también se unieron a él en las Grandes Ligas, debutando en 1960 y 1963 respectivamente. Los hermanos Alou hicieron historia al convertirse en el primer trío de hermanos en ocupar todo el outfield en un juego de las Grandes Ligas.